EL
ESTRÉS DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO
ESTRÉS
BÁSICO
Se
trata de un estrés “de fondo” o subyacente. El estrés básico puede estar motivado
por distintas fuentes de tensión, a nivel individual, emocional, familiar o
social. Puede aumentar cuando cambian las circunstancias de la vida diaria
(estar alejado de la familia sin una comunicación adecuada, trabajar con
personas desconocidas de distintas culturas, incertidumbre en cuanto al
trabajo, nueva información a asimilar, etc.). Los delegados deben estar
preparados para estas contingencias y aprender a desarrollar estrategias para
afrontarlas. El estrés básico generalmente disminuye después de las primeras
semanas de haber sido asignado a nuevas tareas.
ESTRÉS ACUMULATIVO
Aparece
luego de una exposición prolongada a factores de estrés laborales y no
laborales y puede llevar al estado de extenuación profesional conocido como
“síndrome de burn-out”.
ESTRÉS TRAUMÁTICO O ESTRÉS PROPIO DE
INCIDENTES CRÍTICOS (“CRITICAL INCIDENT STRESS”)
Se
produce por situaciones que salen de lo común, en las que el delegado percibe
que su vida está bajo una amenaza inminente, o en las que es testigo o víctima
de violencia o de un desastre natural.
En
algunos casos, el estrés traumático puede conducir posteriormente a un síndrome
post-estrés traumático (SPET), una patología que requiere la derivación a un
especialista en salud mental.
Howard
DAVIES
¿QUÉ ES UN “TRAUMA”?
En
sentido estricto, una experiencia traumática es cualquier situación en la que
una persona se expone a la muerte, a lesiones físicas graves o a violencia
tanto como afectado directo como testigo. En sentido amplio, también se
incluyen entre las experiencias traumáticas la humillación, la noticia de tener
una enfermedad catastrófica, el abandono, el maltrato, el acoso escolar
("bullyng”), la violencia, el acoso laboral (“mobbing”), las amenazas de
muerte y acoso, la persecución política, las hospitalizaciones prolongadas o
dolorosas o cualquier otra situación de estrés mayor que pueda afectar
gravemente la estabilidad emocional de una persona.
Las
experiencias traumáticas más frecuentes en la vida común suelen ser la
visualización de un accidente grave en la vía pública, ser golpeado, asaltado o
víctima de la delincuencia, vivir un terremoto o desastre natural, sufrir un
accidente de tránsito grave, haber sido forzado a tener contacto sexual y
enterarse repentinamente de la muerte o accidente grave de un ser querido.
Todas estas experiencias pueden dejar cicatrices en la vida de las personas que
de no tratarse pueden generar amplio sufrimiento para la persona, su pareja, su
familia y su entorno, manifestándose como Trastorno de Estrés Postraumático,
Depresión Mayor, Trastorno de Pánico, Trastornos de Ansiedad Generalizada,
Fobias Simples, Fobias Específicas, Abuso de Sustancias y Trastornos
Somatomorfos, entre otros.
CRISIS : DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLOGICO
Todos
estos escollos de la ruta que nos obligan a detenernos, que nos impulsan a
estudiar el modo de superarlos, desde el punto de vista psicológico constituyen
situaciones críticas. En psicología, cada una de las circunstancias que
irrumpen en nuestro transcurrir vital, psicológico y existencial, cerrando
situaciones y abriendo un abanico de posibilidades de experiencia y acción de
las que puede resultar un mayor grado de experiencia, madurez, seguridad
interna y en ocasiones conciencia, según el enfoque que se les dé, aproximación
y solución, se llama crisis.
QUÉ
ES UNA CRISIS?
Una
crisis es un punto crucial a lo largo del desarrollo evolutivo humano, como ser
vivo, emocional, racional y social; y que obliga a la persona a una
readaptación intrapsíquica y psicosocial como consecuencia de las alteraciones
producidas y de los factores introducidos por la misma crisis.
LA
CRISIS SIEMPRE SEÑALA DOS DIRECCIONES: hacia el futuro o hacia el pasado. Se
sitúa como una puerta abierta hacia el cambio, entre la estabilidad de lo
conocido y la situación nueva, y plantea básicamente dos movimientos:
estabilidad y desestabilidad, seguridad e inseguridad.
LAS
CRISIS SON INEVITABLES. Las propias características del proceso de desarrollo y
maduración humanos nos impelen forzosamente a momentos o períodos críticos.
No
se puede precisar la duración de una crisis, que dependerá de la magnitud de la
misma y a qué esfera de la persona o de la personalidad afecte y la intensidad
de la afección. Así, un período crítico puede oscilar entre algunos minutos o
algunos años de nuestra existencia.Desde el punto de vista evolutivo, las
crisis operan simbólicamente a la manera de escalones que unen el continuo
vital, de forma que cada situación condiciona la siguiente. La no resolución de
las alternativas y alteraciones producidas por un período crítico influyen en
la permanencia del mismo, en la dificultad en el abordaje de los siguientes y,
por supuesto, en la fragilidad de la personalidad global.
Existirían
grandes y pequeñas crisis. Las primeras suponen un replanteamiento de la
orientación interna o externa del sujeto, mientras que las segundas son
pequeñas alteraciones en una faceta, un rasgo, una actitud o una circunstancia
de la persona. Toda situación crítica exige una gran cantidad de energía, por
lo que la disponibilidad energética de la persona para otras tareas disminuye,
ya que esta se concentra en atender lo urgente.Una crisis puede provocarse por
situaciones internas o externas al sujeto. Las situaciones internas pueden
deberse a alteraciones biológicas, como las enfermedades, variaciones
biológicas, los cambios vitales de crecimiento y desarrollo, etc. Como en el
ser humano no podemos hablar de una dicotomía corporal y mental, so pena de
escindir a la persona, cada alteración somática tiene una repercusión
psicológica, más aún cuando, como las citadas anteriormente, pueden incidir de
un modo tan total en la vida futura del individuo. Otro tipo de situaciones
internas pueden tener su origen en emociones (el enamoramiento, por ejemplo),
pensamientos, ideologías, etc., que produzcan una toma de conciencia y, por
tanto, una posibilidad de cambio.
Las
situaciones externas generadoras de momentos críticos pueden provenir de
alteraciones en el medio social inmediato, ya sea el ambiente familiar
(variaciones por ausencia de un familiar, cambio de estado por matrimonio,
muertes, etc.), el campo laboral (por alteraciones en las condiciones de
trabajo –ascenso, despido, paro–), etc. Nuevamente, quiero resaltar la
interdependencia bio-psico-social en el ser humano, y cómo una situación
crítica desencadenada en una esfera determinada puede repercutir en las
restantes.
En
una crisis-tipo existen una serie de momentos clave que se repiten habitualmente:
1.º)
INCIDENCIA DEL DESENCADENANTE. Aparición del mismo en el campo vital del
sujeto. Esta aparición puede ser súbita o previsible, comenzando a alterar las
condiciones habituales de la persona.
2.º)
FASE DE SORPRESA O ESTUPOR CARACTERIZADA POR EL DESEQUILIBRIO, que puede ser
tanto externo como interno, y posterior incremento de los mecanismos de defensa
ante la situación nueva; puede aparecer cierta sintomatología psicológica o
psicosomática (angustia, tensión, depresión, insomnio, etc.).
3.º)
INTENTO DE RESOLUCIÓN Y DE ADAPTACIÓN A LA CIRCUNSTANCIA CONFLICTIVA, con las
consiguientes evaluaciones del conflicto, alcance del mismo y variaciones
posibles. Paralelamente, se da una elaboración emotiva, es decir, “digestión
del proceso de cambio”, con objeto de integrarlo en la conciencia.
En
este sentido, el recuerdo, la asociación con otras circunstancias ocurridas
anteriormente o conocidas de algún modo, el aprendizaje previo obtenido de esas
circunstancias, la ambivalencia entre distintos afectos o distintos
pensamientos, los deseos, las emociones de pena, alegría, rabia, etc., y sus
ligazones con las ideas y recuerdos correspondientes, la alternancia de unos y
otros y, en fin, todos aquellos factores que constituyen la movilidad
intrapsíquica son elementos del trabajo interno.
4.º)
ES POSIBLE QUE DURANTE ESTE TRABAJO EXISTA UNA REGRESIÓN DINÁMICA AL PASADO, Y
A ESTADIOS YA SUPERADOS, utilizando mecanismos o recursos pertenecientes a
otras épocas evolutivas. Este estado puede convertirse en estable en el caso de
fracasar en la resolución del conflicto, incrementándose la angustia,
reactivándose conflictos similares, apareciendo franca sintomatología y
patología psíquica declarada.
5.º)
POR EL CONTRARIO, PUEDE DARSE UNA ACEPTACIÓN DEL CAMBIO, superación de la
dificultad, asunción de lo perdido y de lo nuevo y del significado común a
ambos, integración de la experiencia en la conciencia, adaptación de los
elementos de la personalidad implicados en la situación que plantea la crisis;
y, por tanto, aparición de nuevas perspectivas vitales, con el consiguiente
aprendizaje, fortalecimiento y maduración de la personalidad. Simbólicamente
hablando, se habría salvado un escollo o completado una etapa del camino.
Desde
el punto de vista existencial, las crisis nos enfrentan a la imposibilidad de
la seguridad, a no ser que esa seguridad sea la del movimiento y, por tanto, la
de la incertidumbre. Psicoanalíticamente hablando, las crisis son dolorosas
porque nos reflejan la imposibilidad de la totalidad, de la totalidad de la
estabilidad y la totalidad de la plenitud. En última instancia, las crisis
obligan a retomar una y otra vez el tema de la pérdida, la separación; instalan
al individuo en el bamboleante camino medio entre una época y otra, entre uno y
otro estado, con sus hábitos, creencias, sensaciones, esperanzas; algunas
quedarán atrás, en nuestro pasado, en nuestra historia, otras se abrirán para
nosotros en el ahora con la nueva etapa.
Por
otra parte, cada crisis porta en su núcleo un mensaje, una enseñanza.
Abriéndonos a ella conseguimos utilizar de modo positivo los accidentes que
jalonan nuestro transcurso por la vida.
Algunos autores clasifican las crisis humanas en vitales y existenciales; las primeras estarían más relacionadas con el ciclo vital de los individuos, con el desarrollo evolutivo, que podría señalarse mediante una serie de etapas correspondientes a una edad cronológica concreta. Las crisis existenciales pueden acompañar a las crisis vitales, o pueden aparecer en cualquier período de la existencia con motivo de las circunstancias internas o externas señaladas anteriormente
Continuando con la imagen del
espiral, cada una de sus vueltas representa una crisis. Cabe señalar que nunca
se puede descender, lo cual podría ser entendido como una involución; la única
opción, por lo tanto, si no se consigue atravesar uno de estos muros, es
quedarse estancado en un nivel, atrapado en un estado evolutivo y negarse al
progreso
2)
TIPOS DE CRISIS:
Las
crisis pueden ser del desarrollo (esperables) o circunstanciales (Accidentales
inesperadas o imprevisibles.
CRISIS
DEL DESARROLLO:
Las
crisis del desarrollo son mas predecibles y sobrevienen cuando una persona va
cumpliendo etapas en su vida desde la niñez a la senectud .Presentan una
conducta indiferenciada y marcan un trastorno en el área intelectual y afectiva
_Crisis
del nacimiento e infancia
_Crisis
de la pubertad y adolescencia
_Crisis
de la primera juventud
_Crisis
de la edad media de la vida
_Crisis
de la tercera edad
CRISIS
CIRCUNSTANCIALES:
Las
crisis circunstanciales son inesperadas, accidentales y dependen sobre todo de
factores
AMBIENTALES.
Abarcan
una alteración psíquica y de la conducta ante perdida o amenaza de perdida de
los aportes básicos (físicos, psicosociales y socioculturales que están
interrelacionados)
_Separación
_Perdidas
_Muerte
_Enfermedades
corporales
-desempleo
-trabajo
nuevo
-fracaso
económico
-violaciones
-incendios
LA
CRISIS CIRCUNSTANCIAL TIENE CINCO CARACTERÍSTICAS:
1)
Es repentina: aparece de golpe.
2)
Es inesperada: no puede ser anticipada.
3)
Es urgente, pues amenazan el bienestar físico o psicológico.
4)
Masiva: muchas crisis circunstanciales afectan a muchas personas al mismo
tiempo (por ejemplo desastres naturales).
5)
Peligro y oportunidad: la crisis puede desembocar en un mejoramiento o
empeoramiento de la situación de la persona.
LAS
CRISIS SOCIALES : que trascienden a una persona, están dadas por un proceso de
cambios que amenaza una estructura. Dichos cambios generan incertidumbre, ya
que no pueden determinarse sus consecuencias. Cuando los cambios son profundos
y derivan en algo nuevo, se habla de revolucion.
POLOS
DE LAS CRISIS:
Plantea
que las crisis son inherentes al desarrollo y se manifiestan en dos polos:
positivo y negativo. La resolución de la crisis del lado positivo significará
salud y corresponde al proceso de duelo; mientras que si se da del lado
negativo significará enfermedad y corresponde al trauma.
ETAPAS
Y REACCIONES FRENTE A LA CRISIS
-Las
crisis ocurren en una serie de etapas:
1)
Se eleva la tensión al comienzo por el impacto del suceso externo.
2)
La tensión aumenta más porque no se puede enfrentar la nueva situación con la
norma habitual de conducta.
3)
Al incrementarse la tensión, se movilizan otros recursos que pueden desembocar
en varios resultados: reducción de la amenaza externa, éxito en el
enfrentamiento con la situación, redefinición del problema, etc.
4)
Si nada de lo anterior ocurre, la tensión aumenta hasta provocar una grave
desorganización emocional.
-Las
reacciones frente a una crisis pueden ser al comienzo dos: llanto o negación de
la crisis.
El
llanto puede conducir a la negación o a la intrusión. Esta última significa
sentirse invadido por sentimientos de dolor, imágenes del impacto, pesadillas,
etc.
La intrusión lleva a la penetración, proceso donde
se expresan, identifican y divulgan pensamientos, sentimientos e imágenes de la
experiencia de crisis. Implica definir problemas, tomar decisiones o aprender
soluciones nuevas, movilizar recursos personales o externos, reducir efectos
desagradables, etc. La penetración lleva la etapa final, que es la consumación,
o integración de la situación de crisis dentro de la vida del individuo. La
crisis puede dar como resultado un mejoramiento o un empeoramiento del sujeto.
INTERVENCIÓN EN
CRISIS
La persona que
está en un período crítico suele presentar “fases de emergencia”, sobre todo en
las crisis provocadas por grandes cambios imprevistos. En este sentido, la
presencia del otro que escucha, que respeta, que acoge y que puede reflejar
desde fuera las emociones, dudas, confusiones, ambivalencias, etc., del sujeto
que las padece, de un modo comprensivo, constituye una ayuda inestimable. La
persona que entra en crisis tiene necesidad de hablar, de desahogarse, de
compartir, de sentir solidaridad, y en ocasiones, si se sitúa regresivamente,
de sentir cuidados y atención por parte del otro. Así, la amistad en primera
instancia, los dispositivos sociales (asistente social, sacerdotes, ciertas
instituciones) después, entran dentro del terreno de la ayuda. Si la crisis se
prolonga, si la angustia es demasiado elevada o si desemboca en patología, la
ayuda profesional en forma de terapia breve, u otra terapia más profunda si es
preciso, deben ser tenidas en cuenta. Desde un punto de vista psicológico, las crisis son
tan comunes como necesarias para el desarrollo de una persona, y no siempre se
trata de cuestiones negativas o tan evidentes como las expuestas en los
párrafos anteriores. Cualquier obstáculo que se nos presente en la vida, por
pequeño e insignificante que parezca a simple vista, representa un desafío que,
de ser resuelto y superado, nos llevará a una nueva etapa en el espiral de
nuestro crecimiento.
Continuando con la
imagen del espiral, cada una de sus vueltas representa una crisis. Cabe señalar
que nunca se puede descender, lo cual podría ser entendido como una involución;
la única opción, por lo tanto, si no se consigue atravesar uno de estos muros,
es quedarse estancado en un nivel, atrapado en un estado evolutivo y negarse al
progreso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario