lunes, 23 de septiembre de 2013

MITOS Y REALIDADE S DE LOS DESASTRES


 




 MITOS Y REALIDADE S DE LOS DESASTRES
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha identificado mitos y creencias erróneas que se asocian ampliamente con el impacto de los desastres.
 



The Regional Disaster Information Center (CRID)’s mission is to promote the development of a culture of prevention in Latin American and Caribbean countries through the compilation and dissemination of disaster-related information and the promotion of cooperative efforts to improve risk management in the Region.
El año pasado, el CRID realizó una encuesta para determinar los mitos más arraigados que se relacionan con los desastres. Entre los 14 que están en la lista:

Cualquier ayuda en situación de desastre es mejor que nada.
  • La mejor alternativa es ubicar a los afectados de los desastres en campamentos.
  • Los desastres son un castigo divino.
  • Los desastres no son naturales.
  • Los hombres y las mujeres resultan afectados por igual ante un desastre.
La respuesta de los usuarios ha sido muy valiosa ya que permite visualizar tanto la concepción de mitos desde el pensar personal, institucional y popular lo cual da elementos para la construcción de los mitos.
 
Hay un interés de los usuarios de ser partícipes de esta iniciativa y conocer el resultado final tanto
para retroalimentar como para el uso en diferentes fines de los procesos de educación que se llevan a cabo en los países. Con base a la información de consulta de usuarios y a los mitos y realidades existentes de la OPS, se analizaron los que aún se mantienen vigentes y se proponen nuevos mitos.

 
El objetivo fue identificar fuentes e información especializada que permitiera sustentar técnicamente y o desmitificar el mito construido socialmente. Los temas identificados acorde a los mitos establecidos son los siguientes:
           Los desastres no son naturales;
           Salud Pública: con énfasis en epidemias posterior a desastres, manejo cadáveres, vacunación masiva;
           Género: rol de mujeres y hombres en los procesos de gestión del riesgo a desastres y el impacto de los desastres;
           Ayuda, donaciones, manejo de suministros, cooperación en desastres;
           Prevención e inversión en riesgos a desastres, salud mental;
           Aspectos culturales, desastres castigos divinos;
           Origen de los temblores: explicación científico- técnica;
           Alojamientos temporales;
           Rol de los diferentes actores sociales en los desastres;
           Concepción de la temporalidad del desastre;
           Agua y recurso hídrico;
           Los medios de comunicación social en el manejo de los desastres; y
           Percepción social de los desastres
Estos esfuerzos de las Naciones Unidas a permitido demostrar que los desastres no solo afectan la economía y la infraestructura de un país sino que comprometen a la misma estructura social de las comunidades afectadas y a la salud física y mental de sus integrantes.En este sentido diversas disciplinas han ido adaptando sus conocimientos y técnicas a estas situaciones extremas y por consiguiente la psicología no a podido ser la excepción, tanto en el campo de las emergencias así como de los desastres la presencia del profesional psicólogo se ha ido haciendo cada vez más necesaria

 MITOS Y REALIDADES EN SITUACIONES DE DESASTRE
MITO 1

MITO: Los desastres son naturales.
REALIDAD: Los desastres no son naturales, son sociales.

En su dinámica de cambio constante, la naturaleza se manifiesta con eventos que pueden significar una amenaza para la población y sus bienes, si están expuestos a ésta. Surge entonces la expresión educativa de que “los desastres No son naturales”, acotando a esa responsabilidad social que tenemos en la construcción del riesgo. La relación de la humanidad con la naturaleza es contradictoria y desequilibrada; las actividades humanas mal planificadas y en ocasiones inescrupulosas, generan desequilibrios peligrosos para la misma vida de las personas.


Está constatado que los seres humanos construimos los desastres, por eso podemos afirmar que es una construcción social. En el año 1984 el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, desde su servicio de noticias e información (Earthscan), en conjunto con la Cruz Roja Sueca publicaron un libro cuyo título es: “Desastres naturales ¿fuerza mayor u obra del hombre? En esta publicación se plantea la reflexión acerca del origen de los desastres, de manera clara y contundente: “En el Tercer Mundo en donde la población pobre se ve forzada a aprovechar las tierras en demasía y a vivir en terrenos peligrosos, las pérdidas producidas por los desastres van en aumento. Por lo tanto, la única manera de poder reducir las posibilidades de ocurrencia de desastres es actuar sobre la vulnerabilidad. Si no actuamos sobre las causas de la vulnerabilidad, nuestros esfuerzos tendrán un éxito muy limitado .El problema de riesgo es entonces, un problema íntimamente relacionado con el desarrollo o la falta del desarrollo. Los desastres son indicadores de insostenibilidad en los procesos de gestión del desarrollo y de gestión ambiental.

 MITO 2

 MITO: Las epidemias y plagas por presencia de cadáveres son inevitables después de un desastre y requieren una vacunación masiva.
REALIDAD: Las epidemias no surgen espontáneamente después de un desastre, y los cadáveres no causarán brotes catastróficos de enfermedades exóticas. Ni se requiere vacunación masiva a la población afectada. La clave para prevenir las enfermedades es mejorar las condiciones sanitarias y educar a la población.

La OPS/OMS ha tratado de desmentir desde hace 20 años este mito apoyado en el soporte técnico científico. Algunas consideraciones técnicas al respecto:
- “Los riesgos de salud vinculados en el manejo de los cadáveres son mínimos y la experiencia ha demostrado que la posibilidad de epidemias proviene de las enfermedades endémicas del área “Aunado a lo anterior se sostiene que las “muertes son por traumatismos, es muy poco probable que los cadáveres provoquen brotes de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera o la peste. Cuando los cadáveres contaminan los arroyos, pozos u otras fuentes de agua, podrían transmitir gastroenteritis o síndromes de intoxicación alimenticia a los sobrevivientes “(OPS. 2000. Pág. 63)

MITO: Los cadáveres plantean un riesgo para la salud y los cadáveres son responsables de la epidemia en los desastres naturales
REALIDAD: Contrariamente a la creencia popular, los cadáveres no representan un riesgo mayor de brotes de enfermedades a raíz de un desastre natural que los sobrevivientes.


MITO: La forma más rápida de deshacerse de los cuerpos y evitar la propagación de la enfermedad es a través de entierros o cremaciones en masa. Esto puede ayudar a crear una sensación de alivio entre los supervivientes.
REALIDAD: Los sobrevivientes se sentirán más en paz y gestionar mejor su sentido de pérdida, si se les permite seguir sus creencias y prácticas religiosas y si son capaces de identificar y recuperar los restos de sus seres queridos. Fuente: OMS / OPS MITOS Y REALIDADES en la gestión de cadáveres.
Traducción de Juan Calderón, principal Fuente: http://www.who.int/hac/techguidance/ems/myths/en/index.html
MITO 3
MITO: Cualquier ayuda en situaciones de desastre es mejor que nada.
REALIDAD: El despliegue indiscriminado de donaciones o ayuda por parte de la comunidad nacional, local o internacional a los afectados sin evaluación de necesidades, genera una inadecuada gestión de los recursos.
La ayuda humanitaria en situaciones de desastre nacional, local o internacional, debe enmarcarse a partir de las características y el impacto del evento, donde se evalúen las necesidades vrs demandas que la sociedad requiera y el ambiente.
El ingreso masivo de donaciones no solicitadas puede llegar a exceder la capacidad de recepción de los países. A menudo compiten por el uso de los medios de transporte, los cuales a su vez, muchas veces son escasos, y las instalaciones de almacenaje tienden a saturarse por suministros inapropiados.



Uno del ejemplo tradicional que muestran los problemas rel ativos a la gestión de los suministros en salud, según la OPS, es que “la mayoría de los suministros médicos no solicitados son relativamente inútiles…. Por lo general llegan sin clasificar, sin rotular, mal empacados, usados o vencidos, o no son para uso de emergencia. La mayoría de donaciones no solicitadas no se usan en la fase de urgencia de las operaciones de socorro y se convierten a menudo en pesadillas logísticas que interfieren con las funciones más importantes del personal encargado de las operaciones de socorro, y lo que se ha llamado: “el segundo desastre”. Las donaciones de suministros médicos no solicitadas complican una situación que ya es grave. Ocupan personal, espacio, equipo, suministros valiosos y recargan aún más los sistemas de transporte impidiendo concentrar la atención de las necesidades urgentes en la zona afectada por el desastre.”
 
MITO 4
MITO: Únicamente el personal y los servicios especializados pueden afrontar la problemática de salud mental en torno a los desastres.
REALIDAD: El apoyo en salud mental puede provenir de grupos no especializados como la misma familia, grupos comunitarios, medios de comunicación social, personal de salud, etc. Las personas expuestas a un desastre o a una amenaza inminente, posiblemente verán afectada su salud mental y requerirán apoyo psicológico que les permita elaborar sus temores, buscar respuestas a las inquietudes que les perturban y orientación para la toma de decisiones. Po r esta razón, es conveniente que otros grupos y personas tengan formación e información acerca de la atención psicológica en desastres, orientación en crisis y manejo de grupos, de manera que puedan dar este apoyo de manera consiente, y con previa preparación: “Con posterioridad a los desastres, la gente tiende a buscar sus fuentes tradicionales de soporte y asistencia como sus familiares, la iglesia, la escuela y los médicos de atención primaria. Es importante reconocer el papel clave que tales individuos y grupos pueden jugar en la intervención y la educación efectivas ante el estrés por desastre. Todos los miembros de esa red natural de apoyo deben estar incluidos en los esfuerzos de entrenamiento y educación.”





 
 MITO 5
MITO: La información que emiten los medios es incuestionable.
REALIDAD: La información que emiten los medios es cuestionable en su origen, circulación y percepción.
La información es el insumo que utilizan los medios informativos, de acuerdo a sus características como organización, donde intervienen aspectos sociales, políticos y económicos. Es difícil generalizar cuando se habla de ellos, pues sus dinámicas son variadas, dependiendo del origen, contexto y desarrollo que hayan logrado.



Sin embargo, en todas partes del mundo se ha mitificado su poder respecto a la influencia que ejercen en el comportamiento de la gente, lo que motiva que se les rinda cierta pleitesía. En los desastres suele haber una expectativa de que los medios resolverán el comportamiento de  la gente, aunque no exista la formación y la experiencia necesaria que le permita a la población actuar de manera coherente con las recomendaciones técnicas y científicas.
MITO 6
MITO: La responsabilidad de brindar la respuesta en la emergencia le corresponde únicamente al gobierno o autoridades
REALIDAD: En situaciones de emergencia o desatares todos los actores sociales tienen la responsabilidad y/o juegan un rol en las acciones de respuesta que se realicen a nivel familiar, comunal, local, regional o nacional.
Cuando se da una emergencia o desastre a nivel local o nacional, de inmediato la ciudadanía identifica la intervención de los organismos de respuesta en su mayoría de carácter institucional, como los responsables de salvaguardar la vida de humana. Esta actitud genera mucha pasividad entre la población y una especie de inmovilismo impotente en las poblaciones afectadas ya que establece una dependencia sustentada muchas veces en que por Ley las autoridades gubernamentales son los responsables asignados a través de grupos especializados de socorro. A nivel mundial se ha demostrado que cuando ocurre una emergencia o desastre, todos los actores sociales en diferentes momentos y territorios han intervenido en forma organizada o por solidaridad. La participación de la comunidad es indispensable, ya que son las primeras personas que ante un evento o emergencia tienen que actuar para salvaguardar su familia o vecinos. El proceso de la participación comunal debe ser más que un acto de solidaridad e ir hacia un proceso de preparación y capacitación desde una perspectiva coherente, organizada y comprometida entre los hombres y mujeres de un barrio o aldea con el objetivo de que durante una emergencia puedan hacer las tareas de respuesta seguras. Estas tareas pueden ir desde la evacuación de población en riesgo o afectada, el manejo de alojamientos temporales comunales, el suministro y logística, y la salud mental. Uno de los elementos a considerar es la coordinación que debe existir entre las a autoridades nacionales, locales y las organizaciones civiles como condición para garantizar una respuesta oportuna y eficaz durante una emergencia. Proceso que debe ir acompañado de estrategias de preparación, capacitación o entrenamiento participativo que garantice la efectividad y fortalecimiento de las capacidades locales.
 
LAS EMERGENCIAS O DESASTRES SON UN TEMA DE INTERÉS PÚBLICO, Y POR ENDE
 
TODOS SOMOS INDISPENSABLES.

 

 
 


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