lunes, 25 de noviembre de 2013

CUIDADO DE LA SALUD MENTAL EN LOS EQUIPOS DE PRIMERA RESPUESTA


CUIDADO DE LA SALUD MENTAL EN LOS EQUIPOS DE PRIMERA  RESPUESTA
 
 
Salud Mental en los equipos de respuesta.La atención psicosocial a miembros de los equipos de respuesta, socorristas, rescatistas, voluntarios y personal de ayuda humanitaria.Este concepto es de “vulnerabilidad universal”, desarrollado por Jeffrey Mitchell, sostiene que no existe ningún tipo de entrenamiento o preparación previa que pueda eliminar completamente la posibilidad de que una persona que trabaja con victimas primarias, sea afectada por el trastorno por estrés post-traumático (síndrome de la compasión) .Las personas que realizan este tipo de trabajo (ya sea por largo tiempo o por una sola experiencia) son vulnerables por las situaciones vividas.De acuerdo al National Center for PTSD (USA), uno de cada tres socorristas llegan a presentar algunos o todos los síntomas de estrés .
Funcionario de la Oficina de Defensa Nacional, Ministerio del Interior del Perú.
No existe ningún tipo de entrenamiento que pueda eliminar completamente la posibilidad de que una persona que trabaja con víctimas y cantidades importantes de lesionados y cadáveres en el marco de una situación de desastre, sea afectada en el orden psíquico. Los trabajadores de emergencias enfrentan situaciones específicas, como pueden ser la falla en la misión, la vivencia de excesivo sufrimiento humano, las muertes traumáticas, los cuerpos mutilados o quemados, las situaciones amenazantes para su propia integridad física, la pérdida de compañeros de equipo o presenciar accidentes masivos .
Entendemos como equipos de primera respuesta al conjunto de personas que integran una determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iniciales en situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera línea, como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas de campo, como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de heridos, etc. Todas las personas que realizan este tipo de trabajo, ya sea por largo tiempo o durante una sola experiencia, son vulnerables al estrés .
El estrés agudo es uno de los riesgos ocupacionales más graves en el servicio de emergencias, porque afecta la salud y el desempeño en el trabajo, así como la vida familiar y espiritual.El evento traumático puede producir una serie de reacciones emocionales, conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de interferir en las habilidades para actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el retorno a la rutina laboral y familiar (2). Los problemas emocionales también pueden promover el mayor consumo de alcohol o drogas.Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la salud física sino también la salud mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía para cumplir con éxito las tareas y proteger al personal contra los efectos destructivos del estrés

 
 El trabajo en desastres y emergencias incluye el enfrentamiento a situaciones estresantes, como las siguientes :
• Largas horas de esfuerzo continuo.
• Lucha contra el tiempo por salvar vidas.
• Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos, etc.).
• Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de sismos y otras).
• Labores pesadas (como remoción de escombros).
• Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.
• Equipo inadecuado o insuficiente.
• Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).
• Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos, lesionados y afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y prioridad para la atención y evacuación).
• Servicios públicos esenciales destruidos
• Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.
• Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.
Factores de riesgo
Existen condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación abordamos algunos de ellos .


FACTORES INDIVIDUALES
• Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y diabetes, entre otras.
• Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida del empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de la familia, etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad de resistencia y pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.
• La edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que los mayores . Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a labores administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de gran sufrimiento humano.
• Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de ayuda han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta situación los puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder la concentración necesaria para realizar sus labores.
 

• El personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa pueden ser muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones para las cuales han sido preparados.
• Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor contacto con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van llegando posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede ejercer la magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren las personas o los cadáveres.
 FACTORES INTERPERSONALES
• Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la emergencia, y, por otro, la presión familiar para que se cumpla con las responsabilidades, en especial, si se tienen hijos pequeños o familiares enfermos.
• El tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede generar sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.
• Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo, en situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión prolongada, pueden causar conflictos interpersonales.


 

 FACTORES COMUNITARIOS
• Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de respuesta.
• La presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.
FACTORES PROPIOS DEL DESASTRE
• El tipo de desastre afecta de diferentes formas a la comunidad. Un desastre de tipo tecnológico produce más estrés para las víctimas y los equipos de respuesta que los desastres naturales; causan gran sentimiento de cólera porque, tal vez, podría haberse evitado. También, produce mayor temor e incertidumbre porque el agente causante del desastre (fuga radioactiva, contaminación química, etc.) no puede verse, es de difícil control y sus efectos duran mucho tiempo.
• Los desastres que suceden de noche producen más víctimas y problemas emocionales que los que ocurren durante el día, porque la gente está dormida; su respuesta inicial es más lenta y más confusa, lo que dificulta la orientación y la evacuación.
• La duración del desastre también es un factor que afecta, no solamente a la población, sino también a los equipos de respuesta.
• El grado de incertidumbre y la presencia de réplicas en el caso de los grandes sismos, la inestabilidad de estructuras colapsadas, la presencia de materiales peligrosos que no son registrados por los sentidos, los rumores de grupos armados en la zona o la amenaza de ataques son, entre otras, condiciones que influyen sobre los equipos de respuesta.

 
 
 
ESTÍMULOS TRAUMÁTICOS
A través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han aprendido una serie de estrategias para evitar quedar inmovilizados por las escenas de un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que afectan seriamente a este personal como, por ejemplo, los siguientes:
• Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.
• Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a identificarse con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.
• La presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.
Señales de afectación psicológica en el personal de los equipos de respuesta (5)

Que requieren una acción correctiva inmediata

Que no requieren una acción correctiva inmediata

Aspecto físico

• dolor en el pecho
• dificultad respiratoria
• presión arterial alta
• arritmia cardiaca
• señales de choque
• deshidratación excesiva
• vértigo
• vómito excesivo

Aspecto físico

• náuseas
• malestar estomacal
• temblor
• sudoración profusa
• diarrea
• aceleración del pulso
• dolores musculares
• boca seca
• alteraciones del sueño
• sobresaltos
• problemas en la visión
• fatiga

Aspecto cognitivo

• dificultad para tomar decisiones
• estado hiperalerta
• confusión mental generalizada
• desorientación en persona, tiempo o lugar
• dificultad para nombrar artículos familiares
• dificultad para reconocer a personas familiares

Aspecto cognitivo

• turbación
• dificultad para el cálculo
• concentración deficiente
• tendencia a culpar a terceras personas
• dificultad para mantener la atención

Aspecto emocional

• reacciones fóbicas
• pérdida del control emocional
• reacciones de pánico
• emociones impropias

Aspecto emocional

• pesar
• tristeza
• extrañamiento

Aspecto conductual

• violencia
• actos antisociales
• labilidad emocional, como llorar por cualquier cosa
• explosiones de enojo
• extrema hiperactividad

Aspecto conductual

• cambio en la forma habitual de actuar
• alejamiento
• suspicacia
• cambios en su comunicación interpersonal
• cambios en las relaciones interpersonales
• aumento o disminución del apetito
• aumento en el consumo de tabaco o alcohol
• estado hiperalerta
• excesivo silencio
• comportamiento inusitado

Estrategia de intervención

Cualquiera de estos síntomas demandan, por lo general, el relevo del trabajador o su evacuación a un centro asistencial.

Estrategia de intervención

Se recomienda un repliegue a una zona de descanso acompañado de un proceso de apoyo psicológico o la inserción a un programa de actividades preventivas de manejo del estrés posterior al incidente traumático.


ACTIVIDADES PREVENTIVAS
El personal profesional especializado en salud mental que realice intervenciones psicosociales con los integrantes de los equipos de primera respuesta debe, en la medida de lo posible, pertenecer a sus filas y conocer internamente las características de su trabajo .
A continuación, se propone una serie de actividades para prevenir los efectos negativos del trabajo de los equipos de respuesta:
• Debe existir una cuidadosa selección de los postulantes a integrarse a los equipos de respuesta, con especial énfasis en el descarte de personas con trastornos de personalidad.
• Definir perfiles para cada tipo de especialidad o labor en el trabajo de respuesta, como son las labores de rescate, atención de salud, combate de incendios, manejo de materiales peligrosos y trabajo humanitario en emergencias complejas, entre otros, con la finalidad de poder designar al personal más idóneo para cada tipo de tarea.
• Pautar, como rutina anual, un proceso de evaluación en salud mental con la finalidad de identificar de manera oportuna el agotamiento emocional, los síntomas de estrés postraumático y otros trastornos psíquicos.
• Establecer anualmente actividades de prevención del estrés ocupacional y autocuidado de la salud mental orientado, diseñando y difundiendo materiales educativos de fácil lectura y comprensión.
• Incluir en las acciones de protección de la salud mental una amplia gama de trabajadores; un ejemplo puede ser el personal que se desempeña en las centrales telefónicas de emergencias.
• Extender los cuidados de la salud mental a las familias de los integrantes de los equipos de respuesta, con la finalidad de prevenir la violencia y otros conflictos familiares, así como para involucrarlas en el conocimiento del trabajo que realizan estos equipos y el estrés al cual están sujetos.
• Los programas de capacitación y entrenamiento deben evaluar la capacidad de los participantes para trabajar bajo presión, realizar labores en equipo, tolerar la frustración y manejar el miedo.
• Incluir temas relacionados con el autocuidado de la salud mental, en los contenidos temáticos.
• Enseñar a reconocer las reacciones psicológicas que requieren una acción correctiva inmediata, con la finalidad de dar el apoyo necesario en forma oportuna.
• Preparar un grupo de intervención en crisis conformado por personal con experiencia, que se encargará de dar la información a la familia, cuando un integrante de los equipos de respuesta resulte lesionado o fallezca en cumplimiento del servicio.





ALIMENTACIÓN
La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal activo y funcionando.
SUGERENCIAS
• Durante los períodos de estrés agudo o crónico, las fuentes de vitaminas y sales minerales en los alimentos pueden resultar insuficientes, por lo que se hace recomendable la ingestión de cantidades adicionales de vitaminas B y C.
• Se recomienda la ingestión periódica de líquidos, en especial, los que contengan electrolitos o jugos naturales, que pueden llevarse en cantimploras o termos.
• El personal de emergencias no necesita alimentos ricos en azúcares. Existe una tendencia a dar caramelos, dulces, gaseosas y chocolates a los trabajadores de emergencia, con la falsa creencia de que esto ayuda a reponer energías. Se recomienda su sustitución por frutas.
• La cafeína puede aumentar el ritmo cardiaco, elevar la presión sanguínea y provocar una mayor demanda de oxígeno; su consumo excesivo puede causar dolores de cabeza, diarrea, inquietud, arritmia cardiaca, nerviosismo, irritabilidad e insomnio. Cualquier cantidad de cafeína mayor de 250 mg por día se considera excesiva y casi siempre ocasiona efectos negativos; algunas personas reaccionan negativamente a la cafeína a dosis menores. Se debe tener presente que cada taza contiene aproximadamente 110 mg de cafeína; a esta cantidad se agregan otras cantidades obtenidas de otras fuentes, como el chocolate, el té y las bebidas de cola. Se recomienda reducir o evitar el consumo de café, té, bebidas de cola o chocolate; es mejor sustituirlos por agua mineral, jugo de frutas o leche, sales hidratantes y electrolitos por vía oral.
• Las grasas no son una buena fuente de energía en situaciones de emergencia en la cuales el personal de respuesta está sometido, frecuentemente, a una elevada actividad física, ya que las grasas necesitan tomar oxígeno del cuerpo para poder desdoblarse.
• Es recomendable una alimentación alta en calorías con productos no perecederos, como frutas secas, avellanas, granos, nueces, etc.
• Recordar que, en una situación de estrés, la digestión se hace lenta por la redistribución de la sangre hacia los músculos y el cerebro; por consiguiente, una comida difícil de digerir o muy abundante puede traer problemas.
• Evitar el consumo de alcohol.
ACTIVIDAD FÍSICA
• Practicado como medida preventiva contra el estrés, el ejercicio físico exige cierta regularidad; 30 minutos, tres veces por semana, aportan efectos beneficiosos.
• Después de un periodo de servicio, no es recomendable dormir de inmediato; debería hacerse un poco de ejercicio físico antes.
• La actividad física metaboliza los subproductos de la reacción de estrés, los cuales, de otro modo, podrían ser nocivos .
• Sustancias como la noradrenalina hacen más vulnerable a la persona con respecto a las emociones negativas, como el miedo y la cólera; la actividad física ayuda a su metabolismo.
PAUTAS PARA EL CUIDADO DE LA SALUD MENTAL EN OPERACIONES DE DESASTRES
 

 
• Durante la fase de alarma, proporcionar al trabajador de respuesta toda la información posible sobre lo acontecido.
• Informar de manera regular a los miembros de los equipos de respuesta sobre el estado de sus familiares y su localización.
• Cada miembro de los equipos de respuesta debe desarrollar un sistema de acompañamiento con otro trabajador. Los dos deben estar vigilantes y atentos entre sí, preguntándose cómo se sienten, recordarse la hora de tomar sus alimentos y darse aliento mutuamente (6).
• En las operaciones de larga duración, los trabajadores deben tomar un tiempo de descanso, con la finalidad de evitar la fatiga emocional y los errores (7).
• Establecer una reunión en cada cambio de turno o de equipo para intercambiar información y comunicar qué es lo que está ocurriendo; esto también sirve como oportunidad para desfogar frustraciones y malas interpretaciones. Debe permitirse que se hable sobre los sentimientos y no censurarlos. Tener a quién recurrir y con quién hablar, alguien que pueda ofrecer consuelo, ayuda y sugerencias, protege del impacto negativo de los rigores y las vivencias de las operaciones de emergencias.
• Se sugiere que se realicen caminatas conjuntas lejos del área de trabajo, hablándose de temas comunes y no solamente lo referido al desastre.
• Organizar actividades sociales y practicar algún deporte, de preferencia no competitivo.
• Mantener el contacto con los amigos y la familia. Cuando se empacan las cosas para salir al lugar del desastre, es bueno incluir en el equipo artículos que le permitan mantener un contacto psicológico con la familia (fotos, tarjetas humorísticas, etc.).
• El contacto telefónico frecuente (cuando es posible) con la familia y las amistades es vital; permite intercambiar experiencias y saber cómo están sus seres queridos e impide que cuando se retorne al hogar se sienta como un extraño.
• Fomentar la integración del equipo de trabajo; si el individuo siente que cuenta con el apoyo del grupo, se verá protegido contra los efectos negativos del estrés.
Los equipos o profesionales de salud mental pueden y deben jugar un importante papel en la atención de los miembros de equipos de respuesta. Pueden observar el funcionamiento de los trabajadores, darles soporte, ofrecer atención especializada si se requiere y avisar a los líderes o tomadores de decisiones sobre el nivel de fatiga, así como de las reacciones de frustración o de fracaso.
PAUTAS PARA EL CUIDADO DE LA SALUD MENTAL AL RETORNAR A LAS ACCIONES RUTINARIAS
• Las técnicas de relajación, el manejo de la respiración profunda y la meditación ayudan en el proceso de recuperación y de retorno a la actividad rutinaria o la vida habitual (5); sin embargo, no se recomiendan cuando el personal tiene que continuar en las labores humanitarias o de rescate en poco tiempo.
• Involucrar a la familia contribuye a prevenir los conflictos en su interior; muchas personas guardan, por años, profundos resentimientos porque sus padres, hijos o parejas no les dedicaron tiempo, no les escucharon sus problemas o, simplemente, viven con el temor de que algo malo les pueda pasar en sus misiones humanitarias. La familia debe saber cuáles son las exigencias y las consecuencias sobre la salud física y mental del trabajo que realizan; así mismo, debe motivarse a las familias para que se conozcan entre sí y sean capaces de darse apoyo mutuo.
• Evitar el consumo de alcohol; si bien sus efectos iniciales son estimulantes, el efecto final es depresor y puede provocar la evocación masiva de recuerdos desagradables con el consiguiente malestar psicológico.
• Escribir relatos de los acontecimientos les ayuda a algunas personas a revalorar lo sucedido y darle un sentido a las labores que realizaron, y se convierte en una oportunidad para que expresen sus sentimientos al respecto.
 
RECOMENDACIONES PARA LOS LÍDERES DE LOS EQUIPOS DE RESPUESTA
Los líderes o personas con responsabilidades en los equipos de respuesta deben tener presente las siguientes recomendaciones, con la finalidad de facilitar el trabajo, mantener la motivación y la moral, así como para cuidar la salud mental de sus subordinados y compañeros de tareas
• El reconocimiento público y oportuno por el esfuerzo desplegado es muy importante para mantener la autoestima y la confianza del personal.
• Asegurar un mínimo de condiciones en el trabajo, como facilidades de servicios higiénicos, alimentación apropiada y oportuna, agua potable, un lugar de descanso lejos de la escena del desastre y establecer horarios de trabajo.
• No permitir que el personal retorne a su rutina diaria sin antes haber pasado por un proceso de apoyo psicológico, que consiste básicamente en dar la oportunidad para que puedan expresar libremente sus sentimientos, lo que piensan sobre lo ocurrido, las acciones que se han realizado y qué es lo que más les ha afectado en la labor realizada; así mismo, se les debe instruir sobre los posibles síntomas que pueden experimentar en los días subsiguientes y otras recomendaciones (por ejemplo, alimentación, ejercicios, etc.). Esta atención puede realizarla el personal de salud mental asignado al equipo de respuesta.
• En caso de que algún integrante de los equipos de respuesta sufra una lesión importante, debe ser atendido y evacuado inmediatamente. Su permanencia prolongada en el terreno de trabajo tiende a desmoralizar al resto de los integrantes.
• En caso de un incidente que involucre a un integrante de los equipos de respuesta, evite que la familia se entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un grupo de intervención en crisis para informar y atender a la familia.
• Cuando no es posible rotar al personal porque la situación no lo permite, una estrategia alterna es la de reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la visión en túnel que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se presenta por el trabajo agotador.
• Se debe tener presente que los líderes también pueden afectarse emocionalmente. Un líder agotado puede fracasar en su labor de dirección.
 
 
Valero S. Manual para el cuidado de la salud mental de los equipos de primera respuesta. Taller latinoamericano sobre atención en salud mental en casos de desastres. Guatemala, julio de 2001.
 


 
 
 
 




domingo, 24 de noviembre de 2013

FILIPINAS : TIFON UN DESASTRE CATASTROFICO

 
 
FILIPINAS : TIFON UN DESASTRE CATASTROFICO
 
 
Un país completamente asolado, familias sin casa y todas las comunicaciones paralizadas. Es el balance del paso del tifón 'Yolanda' por Filipinas, que ha acabado con la vida de 10.000 personas. Ahora se dirige hacia Vietnam, donde ya hay 600.000 evacuados.
 TLACOBAN, Filipinas (CNN) — Sobrevivientes buscan entre los escombros de sus casas destruidas a seres queridos que pudieron haber quedado atrapados. Otros batallan para encontrar comida y agua en zonas llenas de cadáveres.
 Tres días después de que el tifón Haiyan tocara tierra en el centro de Filipinas como una de las tormentas más fuertes registradas en la historia, la gente se esfuerza por asimilar las pérdidas y los desafíos por venir.
 La tormenta, conocida como Yolanda en Filipinas, dejó devastación a una escala monumental. Miles de casas quedaron destruidas, muchas áreas están incomunicadas, sin transporte ni electricidad.
El presidente Benigno Aquino III declaró "estado nacional de calamidad", lo que da más libertad a los equipos de rescate y permite que el gobierno controle los precios de productos básicos.
Algunos funcionarios estiman que unas 10,000 personas fallecieron.
"Hay muchas personas muertas", dijo Richard Gordon, presidente de la Cruz Roja de Filipinas. "Hay cuerpos sin vida en el agua, en los puentes, en la orilla de la carretera".
En medio de eso, cientos de miles de sobrevivientes intentan conseguir agua, alimentos, refugio y medicinas. Los trabajadores humanitarios y funcionarios del gobierno batallan para llevar suministros de emergencia a las zonas más afectadas, aisladas por la caída de árboles y postes eléctricos.
En Tacloban, una ciudad de más de 200,000 habitantes, hay cuerpos cubiertos con sábanas o lonas en las calles, pero otros cadáveres permanecen con el rostro descubierto.
Los trabajadores humanitarios están preocupados de que la abundancia de cuerpos cause riesgos de salud entre los sobrevivientes, quienes beben agua de pozos sin saber si están contaminados o no.
Pero Tacloban, en la provincia de Leyte, no es la única zona devastada. Las autoridades evalúan el nivel de destrucción en otros lugares por los cuales pasó Haiyan.
"No es solo Tacloban, son todas las zonas costeras" en esa región, dijo Gordon.
Haiyan tocó tierra este lunes en Vietnam y ahora se dirige como tormenta tropical al sur de China.
 




CRUZ ROJA ASISTIRÁ EN FILIPINAS A 100.000 FAMILIAS DURANTE LOS PRÓXIMOS 18 MESES

10 Unidades de Respuesta a Emergencias de Cruz Roja trabajan sobre terreno para asistir a los afectados, focalizando su intervención en la dotación de agua potable, el saneamiento, la Salud, la Logística y las Telecomunicaciones.

Dos semanas después del impacto del tifón Yolanda sobre Filipinas, se va conociendo la magnitud real de este grave desastre, el peor de las últimas décadas en el país asiático. Hay 10 millones de personas damnificadas, más de 4 millones de ellas desplazadas, 650.000 viviendas destruidas y más de 207 millones de euros en daños materiales. La población necesita, de manera urgente, cobijo, agua, saneamiento, atención sanitaria, combustible y ayuda humanitaria básica.

Por estos motivos, la Cruz Roja Internacional está constantemente reforzando su intervención, de la mano de la Cruz Roja Filipina, la primera organización humanitaria en responder a las necesidades de los afectados, cuyo papel está siendo fundamental en la asistencia, con más de 2.400 miembros dedicados al operativo de emergencia.

Se ha realizado un llamamiento de ayuda por valor de 59 millones de euros para dar asistencia humanitaria a 100.000 familias durante los próximos 18 meses, en estos momentos en fase de revisión. El plan de intervención de Cruz Roja a nivel internacional se está centrando en la distribución de artículos no alimentarios; el alojamiento de emergencia (distribución de toldos plásticos y tiendas a 60.000 familias); la asistencia en materia de Salud (incluido el apoyo psicosocial para 10.000 personas); la dotación de Agua y Saneamiento a través de distintas acciones como la provisión diaria de acceso a agua segura; y la recuperación temprana (apoyo a 50.000 familias para la rehabilitación de sus viviendas y la recuperación de sus medios de vida para 20.000 familias).

Por ello, Cruz Roja Internacional ha desplegado 10 Unidades de Respuesta ante Emergencias (ERU, en sus siglas en inglés): Agua y Saneamiento, Unidad de Cuidados Básicos de Salud, Distribuciones de Socorro, Logística, Telecomunicaciones y Campo base. “Este tipo de despliegue de las ERU es fundamental en los primeros momentos de una emergencia para salvar vidas, junto con la labor básica de la Cruz Roja local, en este caso, la Cruz Roja Filipina, con mucha experiencia en gestión de desastres”, destaca Roger Alonso, delegado de Cruz Roja Española en el país asiático.
 
 

Cruz Roja Española participa activamente en este operativo de la Cruz Roja Internacional. Su Unidad de Emergencias de Agua y Saneamiento opera en Tacloban, y también ha distribuido ayuda no alimentaria (bidones de agua, mosquiteras, lonas de plástico, kits de higiene y herramientas para la reconstrucción de viviendas) en el norte de Cebu para 1.000 familias, junto a la Cruz Roja Filipina y la Cruz Roja Alemana.

En total, Cruz Roja Española ha enviado más de 70 toneladas de ayuda humanitaria que ya se está distribuyendo. Cruz Roja Española cuenta además con 12 delegados en el país para colaborar con la Cruz Roja Filipina y la Cruz Roja Internacional en este operativo de ayuda.

UNIDAD DE EMERGENCIAS DE AGUA Y SANEAMIENTO

La ERU de Agua y Saneamiento completa incluye 5 plantas potabilizadoras (en este caso, y dada la magnitud del desastre, se envían 2 plantas adicionales) y el equipamiento necesario –mangueras, tuberías, depósitos de agua, grifos, etc- para captar, potabilizar, almacenar y distribuir hasta 225.000 litros de agua al día. Así se puede abastecer de agua potable de alta calidad a más de 15.000 personas diariamente durante tres meses (más de 20 M de litros en 3 meses), incluyendo el abastecimiento a centros sanitarios. Asimismo, este equipamiento permite mejorar la capacidad de saneamiento de una población de más de 5.000 personas, a través de la gestión de residuos sólidos y la instalación de letrinas, entre otras posibilidades.  Para esta labor, Cruz Roja Española cuenta con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con otras contribuciones públicas de distintas Comunidades Autónomas y fondos propios.

 
LA REDUCCIÓN DEL RIESGO EN LA PRÁCTICA:
UN ESTUDIO DE CASO DE FILIPINAS
En los últimos 20 años, los desastres en Filipinas provocaron más de 31.000 muertes y afectaron a más de 60 millones de personas. Mientras que las erupciones volcánicas y los terremotos son catástrofes ocasionales, los vientos huracanados constituyen el peligro más letal en la región.
Durante el decenio de 1980 y de 1990 nueve tifones masivos azotaron el archipiélago, causando 13.000 muertes y afectando a 51 millones de personas. Únicamente las pérdidas económicas ascendieron a 2.800 millones de dólares estadounidenses. Tradicionalmente los organismos públicos y las organizaciones no gubernamentales, así como la Cruz Roja (CR) de Filipinas, han prestado socorro a los afectados por los desastres. Desde 1995 la CR de Filipinas ha extendido además su enfoque hacia una intervención más activa en la reducción del riesgo. Con el apoyo de la Cruz Roja Danesa, la CR de Filipinas inició la preparación para desastres en cinco provincias montañosas, costeras y urbanas
La intervención
A nivel comunitario es mucho lo que se puede hacer, con medios relativamente simples, para reducir el impacto de los desastres naturales. La CR de Filipinas alienta a los pobladores a colaborar en la protección de sus vidas y de los recursos de los cuales dependen. El enfoque se denomina Programa Comunitario Integrado de Planificación de Desastres (ICDPP en sus siglas en inglés) y comprende seis acciones:
1. Asociación con unidades de gobierno municipal y provincial: Esta asociación ayuda a arraigar el concepto de preparación en la planificación local, a obtener apoyo técnico y financiero para medidas de mitigación de desastres y a asegurar la sostenibilidad del programa a largo plazo.
2. Constitución y capacitación de equipos comunitarios de intervención en casos de desastre: El núcleo del programa es el grupo de voluntarios de la comunidad (incluidos pescadores, mujeres, jóvenes y hombres de negocios) que han recibido instrucción sobre evaluación de la vulnerabilidad y de la capacidad (EVC), gestión de desastres y difusión de información. Trabajan con la comunidad para preparar un plan de acción para casos de desastre.
3. Mapeo de los riesgos y recursos: Sirve para identificar los peligros locales más importantes, quién y qué puede estar en riesgo y las posibles medidas de mitigación. Las unidades locales de gobierno utilizan con frecuencia estos mapas como herramientas de ordenación territorial.
4. Medidas comunitarias de mitigación: Sobre la base del plan de acción para casos de desastre, la comunidad adoptará medidas de mitigación, que pueden consistir en estructuras físicas (por ej. diques, centros de evacuación), medidas relacionadas con la salud (por ej. abastecimiento de agua potable) o herramientas de planificación (por ej. planes de ordenación territorial, planes de evacuación). Los voluntarios de la comunidad son quienes toman estas medidas, con el apoyo de la CR y de las autoridades locales.
5. Formación y educación: Constituyen un elemento integral en todas las fases del programa, tanto para capacitar a los equipos de intervención como para difundir información a toda la comunidad.
6. Sostenibilidad: Sólo se puede lograr un impacto a largo plazo introduciendo el concepto de preparación comunitaria para desastres dentro de las unidades locales de gobierno. Esto significa incorporar las recomendaciones de los planes comunitarios de intervención en casos de desastre a los planes de ordenación territorial de las unidades locales de gobierno y en los presupuestos anuales. La sostenibilidad también implica la actualización periódica de la formación de los equipos de intervención en casos de desastre. Impactos positivos
■ El proyecto ICDPP cubre 75 comunidades rurales en 16 municipios situados en cinco provincias. En total, se han completado 105 proyectos de mitigación, incluyendo siete diques en tres provincias. Entre 1995 y 2000, el proyecto ha beneficiado en forma directa a 154.700 personas.
■ En el año 2000, un tifón asoló un área incluida en el proyecto en la isla Limasawa, en la provincia meridional de Leyte. La comunidad evacuó eficazmente a 300 personas sin daños ni pérdida de vidas.
■ Los equipos comunitarios de intervención constituyen un nuevo enfoque y han dado pruebas de ser un elemento de esencial importancia. La labor de los voluntarios ha sido inestimable para ayudar a construir estructuras de mitigación.
■ La colaboración con las unidades locales de gobierno ha sido un requisito previo para el éxito del programa y su viabilidad a largo plazo. Muchas de estas unidades han incorporado los planes comunitarios de intervención en sus propios planes de desarrollo, lo que derivó en proyectos como la plantación de árboles para prevenir los corrimientos de tierras, la limpieza de canales para prevenir inundaciones y la construcción de diques para controlar las inundaciones. Las unidades locales de gobierno han cubierto hasta un 75 por ciento de los costos de estas medidas de mitigación; además aportaron equipamiento especializado y diseño técnico.
■ La confección de mapas de riesgo por parte de la Cruz Roja ayudó a recopilar datos locales sobre los peligros naturales y transferir esta información a los planificadores municipales para que la incorporaran en los planes de ordenación territorial.
■ La preparación comunitaria para desastres está ayudando a fortalecer el sistema público de coordinación en casos de desastre a nivel de los municipios y de las aldeas.
■ El programa ha brindado a la CR de Filipinas las evidencias necesarias para ejercer presión sobre el Gobierno nacional, para que incorpore actividades de preparación dentro de la partida presupuestaria de intervención en casos de desastre.
■ La construcción de estructuras físicas de mitigación por voluntarios de la comunidad ha creado un sentimiento de solidaridad entre personas que, trabajando juntas, pueden reducir la vulnerabilidad a los desastres.
■ La preparación y la mitigación han mejorado su perfil dentro de los servicios de gestión de desastres de la CR de Filipinas, fortaleciendo la capacidad de la organización para reducir los riesgos. Enseñanzas extraídas
■ La mitigación no se limita a los desastres naturales. Hay algunas medidas vinculadas a la salud (por ej. bocas de agua para brindar agua potable y reducir el riesgo de enfermedades).
■ El fortalecimiento de la capacidad de los equipos comunitarios de intervención no debe subestimarse. El personal debe comprender claramente las causas, signos y efectos de los diferentes riesgos. Sus miembros deben recibir formación sobre mapeo de riesgos y desarrollar habilidades para el trabajo comunitario. Es necesario un apoyo continuo para mantener a estos equipos de intervención ocupados e interesados.
■ No es fácil persuadir a las comunidades de que prioricen las medidas de mitigación a largo plazo (por ej. diques, centros de evacuación) sobre las preocupaciones más inmediatas (por ej. mejorar un abastecimiento de agua potable que ya es seguro).
■ Es necesario ejercer una presión continua sobre los políticos locales para lograr que los mapas de riesgo y los planes de intervención en casos de desastre sean incorporados a los planes de ordenación territorial. Constituye un gran desafío mantener la colaboración de la Cruz Roja con las unidades locales de gobierno sin crear una dependencia política que pueda malograrse en la siguientes elecciones.
Conclusión y recomendaciones Un enfoque comunitario integral de la preparación para desastres y mitigación de sus efectos ha demostrado ser muy popular y eficaz para reducir la vulnerabilidad de miles de filipinos a los desastres naturales y a los riesgos a la salud. El éxito del programa de la Cruz Roja depende de la colaboración con las autoridades locales. Esto, a su vez, ayuda a la CR de Filipinas a promover la incorporación de medidas de preparación y de mitigación más contundentes en la planificación pública local de la ordenación territorial. La preparación comunitaria para desastres es sólo un complemento, y no un sustituto, de la gestión de desastres a nivel regional y nacional.
El ICDPP es más apropiado para reducir el impacto de eventos locales de pequeña escala, aunque algunos elementos del enfoque pueden adaptarse para aliviar también los efectos de desastres de mayor envergadura.