FILIPINAS : TIFON UN DESASTRE CATASTROFICO
Un país completamente
asolado, familias sin casa y todas las comunicaciones paralizadas. Es el
balance del paso del tifón 'Yolanda' por Filipinas, que ha acabado con la vida
de 10.000 personas. Ahora se dirige hacia Vietnam, donde ya hay 600.000
evacuados.
TLACOBAN, Filipinas (CNN) — Sobrevivientes
buscan entre los escombros de sus casas destruidas a seres queridos que
pudieron haber quedado atrapados. Otros batallan para encontrar comida y agua
en zonas llenas de cadáveres.
Tres días después de que el tifón Haiyan
tocara tierra en el centro de Filipinas como una de las tormentas más fuertes
registradas en la historia, la gente se esfuerza por asimilar las pérdidas y
los desafíos por venir.
La tormenta, conocida como Yolanda en
Filipinas, dejó devastación a una escala monumental. Miles de casas quedaron
destruidas, muchas áreas están incomunicadas, sin transporte ni electricidad.
El presidente Benigno Aquino
III declaró "estado nacional de calamidad", lo que da más libertad a
los equipos de rescate y permite que el gobierno controle los precios de
productos básicos.
Algunos funcionarios estiman
que unas 10,000 personas fallecieron.
"Hay muchas personas
muertas", dijo Richard Gordon, presidente de la Cruz Roja de Filipinas.
"Hay cuerpos sin vida en el agua, en los puentes, en la orilla de la
carretera".
En medio de eso, cientos de
miles de sobrevivientes intentan conseguir agua, alimentos, refugio y
medicinas. Los trabajadores humanitarios y funcionarios del gobierno batallan
para llevar suministros de emergencia a las zonas más afectadas, aisladas por
la caída de árboles y postes eléctricos.
En Tacloban, una ciudad de
más de 200,000 habitantes, hay cuerpos cubiertos con sábanas o lonas en las
calles, pero otros cadáveres permanecen con el rostro descubierto.
Los trabajadores
humanitarios están preocupados de que la abundancia de cuerpos cause riesgos de
salud entre los sobrevivientes, quienes beben agua de pozos sin saber si están
contaminados o no.
Pero Tacloban, en la
provincia de Leyte, no es la única zona devastada. Las autoridades evalúan el
nivel de destrucción en otros lugares por los cuales pasó Haiyan.
"No es solo Tacloban,
son todas las zonas costeras" en esa región, dijo Gordon.
Haiyan tocó tierra este
lunes en Vietnam y ahora se dirige como tormenta tropical al sur de China.
CRUZ
ROJA ASISTIRÁ EN FILIPINAS A 100.000 FAMILIAS DURANTE LOS PRÓXIMOS 18 MESES
10 Unidades de Respuesta a Emergencias de Cruz Roja trabajan
sobre terreno para asistir a los afectados, focalizando su intervención en la
dotación de agua potable, el saneamiento, la Salud, la Logística y las
Telecomunicaciones.
Dos semanas después del impacto del tifón Yolanda sobre
Filipinas, se va conociendo la magnitud real de este grave desastre, el peor de
las últimas décadas en el país asiático. Hay 10 millones de personas
damnificadas, más de 4 millones de ellas desplazadas, 650.000 viviendas
destruidas y más de 207 millones de euros en daños materiales. La población
necesita, de manera urgente, cobijo, agua, saneamiento, atención sanitaria,
combustible y ayuda humanitaria básica.
Por estos motivos, la Cruz Roja Internacional está
constantemente reforzando su intervención, de la mano de la Cruz Roja Filipina,
la primera organización humanitaria en responder a las necesidades de los
afectados, cuyo papel está siendo fundamental en la asistencia, con más de
2.400 miembros dedicados al operativo de emergencia.
Se ha realizado un llamamiento de ayuda por valor de 59
millones de euros para dar asistencia humanitaria a 100.000 familias durante
los próximos 18 meses, en estos momentos en fase de revisión. El plan de
intervención de Cruz Roja a nivel internacional se está centrando en la
distribución de artículos no alimentarios; el alojamiento de emergencia
(distribución de toldos plásticos y tiendas a 60.000 familias); la asistencia
en materia de Salud (incluido el apoyo psicosocial para 10.000 personas); la
dotación de Agua y Saneamiento a través de distintas acciones como la provisión
diaria de acceso a agua segura; y la recuperación temprana (apoyo a 50.000
familias para la rehabilitación de sus viviendas y la recuperación de sus
medios de vida para 20.000 familias).
Por ello, Cruz Roja Internacional ha desplegado 10 Unidades
de Respuesta ante Emergencias (ERU, en sus siglas en inglés): Agua y
Saneamiento, Unidad de Cuidados Básicos de Salud, Distribuciones de Socorro,
Logística, Telecomunicaciones y Campo base. “Este tipo de despliegue de las ERU
es fundamental en los primeros momentos de una emergencia para salvar vidas,
junto con la labor básica de la Cruz Roja local, en este caso, la Cruz Roja
Filipina, con mucha experiencia en gestión de desastres”, destaca Roger Alonso,
delegado de Cruz Roja Española en el país asiático.
Cruz Roja Española participa activamente en este operativo de
la Cruz Roja Internacional. Su Unidad de Emergencias de Agua y Saneamiento
opera en Tacloban, y también ha distribuido ayuda no alimentaria (bidones de
agua, mosquiteras, lonas de plástico, kits de higiene y herramientas para la
reconstrucción de viviendas) en el norte de Cebu para 1.000 familias, junto a
la Cruz Roja Filipina y la Cruz Roja Alemana.
En total, Cruz Roja Española ha enviado más de 70 toneladas
de ayuda humanitaria que ya se está distribuyendo. Cruz Roja Española cuenta
además con 12 delegados en el país para colaborar con la Cruz Roja Filipina y
la Cruz Roja Internacional en este operativo de ayuda.
UNIDAD
DE EMERGENCIAS DE AGUA Y SANEAMIENTO
La ERU de Agua y Saneamiento completa incluye 5 plantas
potabilizadoras (en este caso, y dada la magnitud del desastre, se envían 2
plantas adicionales) y el equipamiento necesario –mangueras, tuberías,
depósitos de agua, grifos, etc- para captar, potabilizar, almacenar y
distribuir hasta 225.000 litros de agua al día. Así se puede abastecer de agua
potable de alta calidad a más de 15.000 personas diariamente durante tres meses
(más de 20 M de litros en 3 meses), incluyendo el abastecimiento a centros sanitarios. Asimismo, este equipamiento permite mejorar la capacidad de
saneamiento de una población de más de 5.000 personas, a través de la gestión
de residuos sólidos y la instalación de letrinas, entre otras posibilidades. Para esta labor, Cruz Roja Española cuenta con el apoyo de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con
otras contribuciones públicas de distintas Comunidades Autónomas y fondos
propios.
LA
REDUCCIÓN DEL RIESGO EN LA PRÁCTICA:
UN
ESTUDIO DE CASO DE FILIPINAS
En los últimos 20 años, los
desastres en Filipinas provocaron más de 31.000 muertes y afectaron a más de 60
millones de personas. Mientras que las erupciones volcánicas y los terremotos
son catástrofes ocasionales, los vientos huracanados constituyen el peligro más
letal en la región.
Durante el decenio de 1980 y
de 1990 nueve tifones masivos azotaron el archipiélago, causando 13.000 muertes
y afectando a 51 millones de personas. Únicamente las pérdidas económicas
ascendieron a 2.800 millones de dólares estadounidenses. Tradicionalmente los
organismos públicos y las organizaciones no gubernamentales, así como la Cruz Roja
(CR) de Filipinas, han prestado socorro a los afectados por los desastres. Desde
1995 la CR de Filipinas ha extendido además su enfoque hacia una intervención
más activa en la reducción del riesgo. Con el apoyo de la Cruz Roja Danesa, la
CR de Filipinas inició la preparación para desastres en cinco provincias
montañosas, costeras y urbanas
La
intervención
A nivel comunitario es mucho
lo que se puede hacer, con medios relativamente simples, para reducir el
impacto de los desastres naturales. La CR de Filipinas alienta a los pobladores
a colaborar en la protección de sus vidas y de los recursos de los cuales
dependen. El enfoque se denomina Programa Comunitario Integrado de
Planificación de Desastres (ICDPP en sus siglas en inglés) y comprende seis acciones:
1. Asociación con unidades
de gobierno municipal y provincial: Esta asociación ayuda a arraigar el
concepto de preparación en la planificación local, a obtener apoyo técnico y
financiero para medidas de mitigación de desastres y a asegurar la
sostenibilidad del programa a largo plazo.
2. Constitución y
capacitación de equipos comunitarios de intervención en casos de desastre: El
núcleo del programa es el grupo de voluntarios de la comunidad (incluidos
pescadores, mujeres, jóvenes y hombres de negocios) que han recibido instrucción
sobre evaluación de la vulnerabilidad y de la capacidad (EVC), gestión de
desastres y difusión de información. Trabajan con la comunidad para preparar un
plan de acción para casos de desastre.
3. Mapeo de los riesgos y
recursos: Sirve para identificar los peligros locales más importantes, quién y
qué puede estar en riesgo y las posibles medidas de mitigación. Las unidades
locales de gobierno utilizan con frecuencia estos mapas como herramientas de ordenación
territorial.
4. Medidas comunitarias de
mitigación: Sobre la base del plan de acción para casos de desastre, la comunidad
adoptará medidas de mitigación, que pueden consistir en estructuras físicas
(por ej. diques, centros de evacuación), medidas relacionadas con la salud (por
ej. abastecimiento de agua potable) o herramientas de planificación (por ej.
planes de ordenación territorial, planes de evacuación). Los voluntarios de la comunidad
son quienes toman estas medidas, con el apoyo de la CR y de las autoridades
locales.
5. Formación y educación:
Constituyen un elemento integral en todas las fases del programa, tanto para capacitar
a los equipos de intervención como para difundir información a toda la
comunidad.
6. Sostenibilidad: Sólo se
puede lograr un impacto a largo plazo introduciendo el concepto de preparación comunitaria
para desastres dentro de las unidades locales de gobierno. Esto significa
incorporar las recomendaciones de los planes comunitarios de intervención en
casos de desastre a los planes de ordenación territorial de las unidades
locales de gobierno y en los presupuestos anuales. La sostenibilidad también implica
la actualización periódica de la formación de los equipos de intervención en
casos de desastre. Impactos positivos
■ El proyecto ICDPP cubre 75
comunidades rurales en 16 municipios situados en cinco provincias. En total, se
han completado 105 proyectos de mitigación, incluyendo siete diques en tres
provincias. Entre 1995 y 2000, el proyecto ha beneficiado en forma directa a 154.700
personas.
■ En el año 2000, un tifón
asoló un área incluida en el proyecto en la isla Limasawa, en la provincia
meridional de Leyte. La comunidad evacuó eficazmente a 300 personas sin daños
ni pérdida de vidas.
■ Los equipos comunitarios
de intervención constituyen un nuevo enfoque y han dado pruebas de ser un
elemento de esencial importancia. La labor de los voluntarios ha sido
inestimable para ayudar a construir estructuras de mitigación.
■ La colaboración con las
unidades locales de gobierno ha sido un requisito previo para el éxito del
programa y su viabilidad a largo plazo. Muchas de estas unidades han
incorporado los planes comunitarios de intervención en sus propios planes de desarrollo,
lo que derivó en proyectos como la plantación de árboles para prevenir los
corrimientos de tierras, la limpieza de canales para prevenir inundaciones y la
construcción de diques para controlar las inundaciones. Las unidades locales de
gobierno han cubierto hasta un 75 por ciento de los costos de estas medidas de
mitigación; además aportaron equipamiento especializado y diseño técnico.
■ La confección de mapas de
riesgo por parte de la Cruz Roja ayudó a recopilar datos locales sobre los peligros
naturales y transferir esta información a los planificadores municipales para
que la incorporaran en los planes de ordenación territorial.
■ La preparación comunitaria
para desastres está ayudando a fortalecer el sistema público de coordinación en
casos de desastre a nivel de los municipios y de las aldeas.
■ El programa ha brindado a
la CR de Filipinas las evidencias necesarias para ejercer presión sobre el Gobierno
nacional, para que incorpore actividades de preparación dentro de la partida
presupuestaria de intervención en casos de desastre.
■ La construcción de
estructuras físicas de mitigación por voluntarios de la comunidad ha creado un
sentimiento de solidaridad entre personas que, trabajando juntas, pueden
reducir la vulnerabilidad a los desastres.
■ La preparación y la
mitigación han mejorado su perfil dentro de los servicios de gestión de
desastres de la CR de Filipinas, fortaleciendo la capacidad de la organización
para reducir los riesgos. Enseñanzas extraídas
■ La mitigación no se limita
a los desastres naturales. Hay algunas medidas vinculadas a la salud (por ej. bocas
de agua para brindar agua potable y reducir el riesgo de
enfermedades).
■ El fortalecimiento de la
capacidad de los equipos comunitarios de intervención no debe subestimarse. El
personal debe comprender claramente las causas, signos y efectos de los
diferentes riesgos. Sus miembros deben recibir formación sobre mapeo de riesgos
y desarrollar habilidades para el trabajo comunitario. Es necesario un apoyo
continuo para mantener a estos equipos de intervención ocupados e interesados.
■ No es fácil persuadir a las
comunidades de que prioricen las medidas de mitigación a largo plazo (por ej. diques,
centros de evacuación) sobre las preocupaciones más inmediatas (por ej. mejorar
un abastecimiento de agua potable que ya es seguro).
■ Es necesario ejercer una
presión continua sobre los políticos locales para lograr que los mapas de
riesgo y los planes de intervención en casos de desastre sean incorporados a
los planes de ordenación territorial. Constituye un gran desafío mantener la
colaboración de la Cruz Roja con las unidades locales de gobierno sin crear una
dependencia política que pueda malograrse en la siguientes elecciones.
Conclusión y recomendaciones
Un enfoque comunitario integral de la preparación para desastres y mitigación
de sus efectos ha demostrado ser muy popular y eficaz para reducir la
vulnerabilidad de miles de filipinos a los desastres naturales y a los riesgos
a la salud. El éxito del programa de la Cruz Roja depende de la colaboración con
las autoridades locales. Esto, a su vez, ayuda a la CR de Filipinas a promover
la incorporación de medidas de preparación y de mitigación más contundentes en
la planificación pública local de la ordenación territorial. La preparación comunitaria
para desastres es sólo un complemento, y no un sustituto, de la gestión de
desastres a nivel regional y nacional.
El ICDPP es más apropiado
para reducir el impacto de eventos locales de pequeña escala, aunque algunos
elementos del enfoque pueden adaptarse para aliviar también los efectos de
desastres de mayor envergadura.
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