CUIDADO DE LA SALUD MENTAL EN LOS EQUIPOS DE PRIMERA RESPUESTA
Salud
Mental en los equipos de respuesta.La atención psicosocial a miembros de los
equipos de respuesta, socorristas, rescatistas, voluntarios y personal de ayuda
humanitaria.Este concepto es de “vulnerabilidad universal”, desarrollado por
Jeffrey Mitchell, sostiene que no existe ningún tipo de entrenamiento o
preparación previa que pueda eliminar completamente la posibilidad de que una
persona que trabaja con victimas primarias, sea afectada por el trastorno por
estrés post-traumático (síndrome de la compasión) .Las personas que realizan
este tipo de trabajo (ya sea por largo tiempo o por una sola experiencia) son
vulnerables por las situaciones vividas.De acuerdo al National Center for PTSD
(USA), uno de cada tres socorristas llegan a presentar algunos o todos los
síntomas de estrés .
Funcionario de la Oficina de Defensa
Nacional, Ministerio del Interior del Perú.
No
existe ningún tipo de entrenamiento que pueda eliminar completamente la
posibilidad de que una persona que trabaja con víctimas y cantidades
importantes de lesionados y cadáveres en el marco de una situación de desastre,
sea afectada en el orden psíquico. Los trabajadores de emergencias enfrentan
situaciones específicas, como pueden ser la falla en la misión, la vivencia de
excesivo sufrimiento humano, las muertes traumáticas, los cuerpos mutilados o
quemados, las situaciones amenazantes para su propia integridad física, la
pérdida de compañeros de equipo o presenciar accidentes masivos .
Entendemos
como equipos de primera respuesta al conjunto de personas que integran una
determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iniciales en
situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera
línea, como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas
de campo, como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de
heridos, etc. Todas las personas que realizan este tipo de trabajo, ya sea por
largo tiempo o durante una sola experiencia, son vulnerables al estrés .
El
estrés agudo es uno de los riesgos ocupacionales más graves en el servicio de
emergencias, porque afecta la salud y el desempeño en el trabajo, así como la
vida familiar y espiritual.El evento traumático puede producir una serie de
reacciones emocionales, conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de
interferir en las habilidades para actuar en el lugar de las operaciones en
forma inmediata o, posteriormente, en el retorno a la rutina laboral y familiar
(2). Los problemas emocionales también pueden promover el mayor consumo de
alcohol o drogas.Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la
salud física sino también la salud mental de los integrantes de los equipos de
respuesta como única garantía para cumplir con éxito las tareas y proteger al
personal contra los efectos destructivos del estrés
El trabajo en desastres y emergencias incluye
el enfrentamiento a situaciones estresantes, como las siguientes :
•
Largas horas de esfuerzo continuo.
•
Lucha contra el tiempo por salvar vidas.
•
Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos,
etc.).
•
Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de
sismos y otras).
•
Labores pesadas (como remoción de escombros).
•
Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.
• Equipo
inadecuado o insuficiente.
•
Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).
•
Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos,
lesionados y afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y
prioridad para la atención y evacuación).
• Servicios
públicos esenciales destruidos
•
Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.
•
Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.
Factores
de riesgo
Existen
condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que
favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación abordamos
algunos de ellos .
FACTORES INDIVIDUALES
•
Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y
diabetes, entre otras.
•
Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida
del empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de
la familia, etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad
de resistencia y pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.
• La
edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que
los mayores . Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a
labores administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de
gran sufrimiento humano.
•
Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de
ayuda han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta
situación los puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder
la concentración necesaria para realizar sus labores.
• El
personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y
tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa
pueden ser muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones
para las cuales han sido preparados.
•
Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor
contacto con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van
llegando posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede
ejercer la magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren
las personas o los cadáveres.
FACTORES
INTERPERSONALES
•
Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la
familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la
emergencia, y, por otro, la presión familiar para que se cumpla con las
responsabilidades, en especial, si se tienen hijos pequeños o familiares
enfermos.
• El
tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta
de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede
generar sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.
•
Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta
desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo,
en situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión
prolongada, pueden causar conflictos interpersonales.
FACTORES COMUNITARIOS
•
Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia
pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de
respuesta.
• La
presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar
labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay
antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que
involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.
FACTORES PROPIOS DEL DESASTRE
• El
tipo de desastre afecta de diferentes formas a la comunidad. Un desastre de
tipo tecnológico produce más estrés para las víctimas y los equipos de
respuesta que los desastres naturales; causan gran sentimiento de cólera
porque, tal vez, podría haberse evitado. También, produce mayor temor e
incertidumbre porque el agente causante del desastre (fuga radioactiva,
contaminación química, etc.) no puede verse, es de difícil control y sus efectos
duran mucho tiempo.
•
Los desastres que suceden de noche producen más víctimas y problemas
emocionales que los que ocurren durante el día, porque la gente está dormida;
su respuesta inicial es más lenta y más confusa, lo que dificulta la
orientación y la evacuación.
• La
duración del desastre también es un factor que afecta, no solamente a la
población, sino también a los equipos de respuesta.
• El
grado de incertidumbre y la presencia de réplicas en el caso de los grandes
sismos, la inestabilidad de estructuras colapsadas, la presencia de materiales
peligrosos que no son registrados por los sentidos, los rumores de grupos
armados en la zona o la amenaza de ataques son, entre otras, condiciones que
influyen sobre los equipos de respuesta.
ESTÍMULOS TRAUMÁTICOS
A
través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han
aprendido una serie de estrategias para evitar quedar inmovilizados por las
escenas de un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que
afectan seriamente a este personal como, por ejemplo, los siguientes:
•
Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras
luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.
•
Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a
identificarse con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.
• La
presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente
mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.
Señales de afectación psicológica en el personal de los equipos de
respuesta (5)
Que requieren una acción correctiva
inmediata
|
Que no requieren una acción
correctiva inmediata
|
Aspecto físico
• dolor en el pecho
• dificultad respiratoria • presión arterial alta • arritmia cardiaca • señales de choque • deshidratación excesiva • vértigo • vómito excesivo |
Aspecto físico
• náuseas
• malestar estomacal • temblor • sudoración profusa • diarrea • aceleración del pulso • dolores musculares • boca seca • alteraciones del sueño • sobresaltos • problemas en la visión • fatiga |
Aspecto cognitivo
• dificultad para tomar decisiones
• estado hiperalerta • confusión mental generalizada • desorientación en persona, tiempo o lugar • dificultad para nombrar artículos familiares • dificultad para reconocer a personas familiares |
Aspecto cognitivo
• turbación
• dificultad para el cálculo • concentración deficiente • tendencia a culpar a terceras personas • dificultad para mantener la atención |
Aspecto emocional
• reacciones fóbicas
• pérdida del control emocional • reacciones de pánico • emociones impropias |
Aspecto emocional
• pesar
• tristeza • extrañamiento |
Aspecto conductual
• violencia
• actos antisociales • labilidad emocional, como llorar por cualquier cosa • explosiones de enojo • extrema hiperactividad |
Aspecto conductual
• cambio en la forma habitual de
actuar
• alejamiento • suspicacia • cambios en su comunicación interpersonal • cambios en las relaciones interpersonales • aumento o disminución del apetito • aumento en el consumo de tabaco o alcohol • estado hiperalerta • excesivo silencio • comportamiento inusitado |
Estrategia de intervención
Cualquiera de estos síntomas
demandan, por lo general, el relevo del trabajador o su evacuación a un
centro asistencial.
|
Estrategia de intervención
Se recomienda un repliegue a una
zona de descanso acompañado de un proceso de apoyo psicológico o la inserción
a un programa de actividades preventivas de manejo del estrés posterior al
incidente traumático.
|
ACTIVIDADES
PREVENTIVAS
El personal profesional especializado
en salud mental que realice intervenciones psicosociales con los integrantes de
los equipos de primera respuesta debe, en la medida de lo posible, pertenecer a
sus filas y conocer internamente las características de su trabajo .
A continuación, se propone una serie
de actividades para prevenir los efectos negativos del trabajo de los equipos
de respuesta:
• Debe existir una cuidadosa selección
de los postulantes a integrarse a los equipos de respuesta, con especial
énfasis en el descarte de personas con trastornos de personalidad.
• Definir perfiles para cada tipo de
especialidad o labor en el trabajo de respuesta, como son las labores de
rescate, atención de salud, combate de incendios, manejo de materiales peligrosos
y trabajo humanitario en emergencias complejas, entre otros, con la finalidad
de poder designar al personal más idóneo para cada tipo de tarea.
• Pautar, como rutina anual, un
proceso de evaluación en salud mental con la finalidad de identificar de manera
oportuna el agotamiento emocional, los síntomas de estrés postraumático y otros
trastornos psíquicos.
• Establecer anualmente actividades de
prevención del estrés ocupacional y autocuidado de la salud mental orientado,
diseñando y difundiendo materiales educativos de fácil lectura y comprensión.
• Incluir en las acciones de
protección de la salud mental una amplia gama de trabajadores; un ejemplo puede
ser el personal que se desempeña en las centrales telefónicas de emergencias.
• Extender los cuidados de la salud
mental a las familias de los integrantes de los equipos de respuesta, con la
finalidad de prevenir la violencia y otros conflictos familiares, así como para
involucrarlas en el conocimiento del trabajo que realizan estos equipos y el
estrés al cual están sujetos.
• Los programas de capacitación y
entrenamiento deben evaluar la capacidad de los participantes para trabajar
bajo presión, realizar labores en equipo, tolerar la frustración y manejar el
miedo.
• Incluir temas relacionados con el
autocuidado de la salud mental, en los contenidos temáticos.
• Enseñar a reconocer las reacciones
psicológicas que requieren una acción correctiva inmediata, con la finalidad de
dar el apoyo necesario en forma oportuna.
• Preparar un grupo de intervención en
crisis conformado por personal con experiencia, que se encargará de dar la
información a la familia, cuando un integrante de los equipos de respuesta
resulte lesionado o fallezca en cumplimiento del servicio.
ALIMENTACIÓN
La alimentación para el personal
involucrado en una misión prolongada debe ser de gran interés para los
directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal activo y
funcionando.
SUGERENCIAS
• Durante los períodos de estrés agudo
o crónico, las fuentes de vitaminas y sales minerales en los alimentos pueden
resultar insuficientes, por lo que se hace recomendable la ingestión de
cantidades adicionales de vitaminas B y C.
• Se recomienda la ingestión periódica
de líquidos, en especial, los que contengan electrolitos o jugos naturales, que
pueden llevarse en cantimploras o termos.
• El personal de emergencias no
necesita alimentos ricos en azúcares. Existe una tendencia a dar caramelos,
dulces, gaseosas y chocolates a los trabajadores de emergencia, con la falsa
creencia de que esto ayuda a reponer energías. Se recomienda su sustitución por
frutas.
• La cafeína puede aumentar el ritmo
cardiaco, elevar la presión sanguínea y provocar una mayor demanda de oxígeno;
su consumo excesivo puede causar dolores de cabeza, diarrea, inquietud,
arritmia cardiaca, nerviosismo, irritabilidad e insomnio. Cualquier cantidad de
cafeína mayor de 250 mg por día se considera excesiva y casi siempre ocasiona
efectos negativos; algunas personas reaccionan negativamente a la cafeína a
dosis menores. Se debe tener presente que cada taza contiene aproximadamente
110 mg de cafeína; a esta cantidad se agregan otras cantidades obtenidas de
otras fuentes, como el chocolate, el té y las bebidas de cola. Se recomienda
reducir o evitar el consumo de café, té, bebidas de cola o chocolate; es mejor
sustituirlos por agua mineral, jugo de frutas o leche, sales hidratantes y
electrolitos por vía oral.
• Las grasas no son una buena fuente
de energía en situaciones de emergencia en la cuales el personal de respuesta
está sometido, frecuentemente, a una elevada actividad física, ya que las
grasas necesitan tomar oxígeno del cuerpo para poder desdoblarse.
• Es recomendable una alimentación
alta en calorías con productos no perecederos, como frutas secas, avellanas,
granos, nueces, etc.
• Recordar que, en una situación de
estrés, la digestión se hace lenta por la redistribución de la sangre hacia los
músculos y el cerebro; por consiguiente, una comida difícil de digerir o muy abundante
puede traer problemas.
• Evitar el consumo de alcohol.
ACTIVIDAD
FÍSICA
• Practicado como medida preventiva
contra el estrés, el ejercicio físico exige cierta regularidad; 30 minutos,
tres veces por semana, aportan efectos beneficiosos.
• Después de un periodo de servicio,
no es recomendable dormir de inmediato; debería hacerse un poco de ejercicio
físico antes.
• La actividad física metaboliza los
subproductos de la reacción de estrés, los cuales, de otro modo, podrían ser
nocivos .
• Sustancias como la noradrenalina
hacen más vulnerable a la persona con respecto a las emociones negativas, como
el miedo y la cólera; la actividad física ayuda a su metabolismo.
PAUTAS PARA EL CUIDADO DE LA SALUD
MENTAL EN OPERACIONES DE DESASTRES
• Durante la fase de alarma,
proporcionar al trabajador de respuesta toda la información posible sobre lo
acontecido.
• Informar de manera regular a los
miembros de los equipos de respuesta sobre el estado de sus familiares y su
localización.
• Cada miembro de los equipos de
respuesta debe desarrollar un sistema de acompañamiento con otro trabajador.
Los dos deben estar vigilantes y atentos entre sí, preguntándose cómo se
sienten, recordarse la hora de tomar sus alimentos y darse aliento mutuamente (6).
• En las operaciones de larga
duración, los trabajadores deben tomar un tiempo de descanso, con la finalidad
de evitar la fatiga emocional y los errores (7).
• Establecer una reunión en cada
cambio de turno o de equipo para intercambiar información y comunicar qué es lo
que está ocurriendo; esto también sirve como oportunidad para desfogar
frustraciones y malas interpretaciones. Debe permitirse que se hable sobre los
sentimientos y no censurarlos. Tener a quién recurrir y con quién hablar, alguien
que pueda ofrecer consuelo, ayuda y sugerencias, protege del impacto negativo
de los rigores y las vivencias de las operaciones de emergencias.
• Se sugiere que se realicen caminatas
conjuntas lejos del área de trabajo, hablándose de temas comunes y no solamente
lo referido al desastre.
• Organizar actividades sociales y
practicar algún deporte, de preferencia no competitivo.
• Mantener el contacto con los amigos
y la familia. Cuando se empacan las cosas para salir al lugar del desastre, es
bueno incluir en el equipo artículos que le permitan mantener un contacto
psicológico con la familia (fotos, tarjetas humorísticas, etc.).
• El contacto telefónico frecuente
(cuando es posible) con la familia y las amistades es vital; permite
intercambiar experiencias y saber cómo están sus seres queridos e impide que
cuando se retorne al hogar se sienta como un extraño.
• Fomentar la integración del equipo
de trabajo; si el individuo siente que cuenta con el apoyo del grupo, se verá
protegido contra los efectos negativos del estrés.
Los equipos o profesionales de salud
mental pueden y deben jugar un importante papel en la atención de los miembros
de equipos de respuesta. Pueden observar el funcionamiento de los trabajadores,
darles soporte, ofrecer atención especializada si se requiere y avisar a los
líderes o tomadores de decisiones sobre el nivel de fatiga, así como de las
reacciones de frustración o de fracaso.
PAUTAS
PARA EL CUIDADO DE LA SALUD MENTAL AL RETORNAR A LAS ACCIONES RUTINARIAS
• Las técnicas de relajación, el
manejo de la respiración profunda y la meditación ayudan en el proceso de
recuperación y de retorno a la actividad rutinaria o la vida habitual (5); sin
embargo, no se recomiendan cuando el personal tiene que continuar en las labores
humanitarias o de rescate en poco tiempo.
• Involucrar a la familia contribuye a
prevenir los conflictos en su interior; muchas personas guardan, por años,
profundos resentimientos porque sus padres, hijos o parejas no les dedicaron
tiempo, no les escucharon sus problemas o, simplemente, viven con el temor de
que algo malo les pueda pasar en sus misiones humanitarias. La familia debe
saber cuáles son las exigencias y las consecuencias sobre la salud física y
mental del trabajo que realizan; así mismo, debe motivarse a las familias para
que se conozcan entre sí y sean capaces de darse apoyo mutuo.
• Evitar el consumo de alcohol; si
bien sus efectos iniciales son estimulantes, el efecto final es depresor y
puede provocar la evocación masiva de recuerdos desagradables con el consiguiente
malestar psicológico.
• Escribir relatos de los
acontecimientos les ayuda a algunas personas a revalorar lo sucedido y darle un
sentido a las labores que realizaron, y se convierte en una oportunidad para
que expresen sus sentimientos al respecto.
RECOMENDACIONES
PARA LOS LÍDERES DE LOS EQUIPOS DE RESPUESTA
Los líderes o personas con
responsabilidades en los equipos de respuesta deben tener presente las
siguientes recomendaciones, con la finalidad de facilitar el trabajo, mantener
la motivación y la moral, así como para cuidar la salud mental de sus subordinados
y compañeros de tareas
• El reconocimiento público y oportuno
por el esfuerzo desplegado es muy importante para mantener la autoestima y la
confianza del personal.
• Asegurar un mínimo de condiciones en
el trabajo, como facilidades de servicios higiénicos, alimentación apropiada y
oportuna, agua potable, un lugar de descanso lejos de la escena del desastre y establecer
horarios de trabajo.
• No permitir que el personal retorne
a su rutina diaria sin antes haber pasado por un proceso de apoyo psicológico,
que consiste básicamente en dar la oportunidad para que puedan expresar
libremente sus sentimientos, lo que piensan sobre lo ocurrido, las acciones que
se han realizado y qué es lo que más les ha afectado en la labor realizada; así
mismo, se les debe instruir sobre los posibles síntomas que pueden experimentar
en los días subsiguientes y otras recomendaciones (por ejemplo, alimentación,
ejercicios, etc.). Esta atención puede realizarla el personal de salud mental asignado
al equipo de respuesta.
• En caso de que algún integrante de
los equipos de respuesta sufra una lesión importante, debe ser atendido y
evacuado inmediatamente. Su permanencia prolongada en el terreno de trabajo
tiende a desmoralizar al resto de los integrantes.
• En caso de un incidente que
involucre a un integrante de los equipos de respuesta, evite que la familia se
entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un grupo de
intervención en crisis para informar y atender a la familia.
• Cuando no es posible rotar al
personal porque la situación no lo permite, una estrategia alterna es la de
reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la visión en túnel
que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se presenta por el
trabajo agotador.
• Se debe tener presente que los
líderes también pueden afectarse emocionalmente. Un líder agotado puede
fracasar en su labor de dirección.
Valero S. Manual para el cuidado de la
salud mental de los equipos de primera respuesta. Taller latinoamericano sobre
atención en salud mental en casos de desastres. Guatemala, julio de 2001.
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